lunes, 29 de agosto de 2011

Restablece tu equilibrio con la ayuda del yoga

Actitud positiva, dieta sana y una mente abierta al aprendizaje es lo recomendado para acompañar esta práctica
Almudena Fernández. 

  
Dolores crónicos, como los que produce la fibromialgia, pueden aliviarse hasta un 24 por ciento gracias a la práctica de yoga. Esto es lo que demuestra un nuevo estudio, realizado por la Universidad de la Salud y Ciencias de Oregón, de Estados Unidos, y publicado en Journal Pain. Además, la investigación, que se centró en 53 mujeres con fibromialgia, confirma que la práctica de este deporte también puede reducir la fatiga en un 30 por ciento y la depresión en un 42 por ciento.

Otro estudio, realizado por la Universidad de Washington, en Seattle, y Group Health Cooperative, asegura asimismo que el yoga disminuye los dolores de espalda de más de un año de duración. A través de él, llegan a la conclusión de que, con la práctica de este tipo de deporte, sólo un 21 por ciento de los enfermos necesita medicación durante el periodo en que acude a clases de yoga, frente a un 50 por ciento de las personas que practica ejercicio de forma convencional.



Malestar más tolerable

"Hay aspectos del yoga bien enseñado y practicado que ejercen gran influencia sobre la psique del practicante, ayudando a entender y mantener una actitud positiva ante el malestar, haciéndolo, por lo tanto, más tolerable".

Tenemos que aprender a mantener una actitud positiva ante lo que nos sucede para apreciar las situaciones no como amenazas, sino como oportunidades para crecer y mejorar. Con este cambio de mentalidad se reducen la ansiedad, la angustia y la depresión.

Hacer ejercicio físico inteligente, basado en las múltiples posibilidades que las posturas de yoga ofrecen, ya que se sitúan en un plano de conexión mente-cuerpo, y deben ir acompañados de métodos respiratorios, una dieta sana y una visión de la vida abierta al aprendizaje.
Hay que aplicar simultáneamente los cinco principios del yoga, consistentes en realizar adecuadamente ejercicio, respiración, relajación, alimentación y mantener un pensamiento positivo a través de la meditación.

Subrayan los efectos terapéuticos "muy notables" sobre diferentes tipos de dolencias y enfermedades a través de un estilo de vida que abarca cuerpo, mente y espíritu. Practicar yoga regularmente tiene como principal efecto el restablecimiento de la salud y del equilibrio general del cuerpo, por lo que cualquier dolencia que suframos se verá notablemente atenuada con ello.

En cuanto a problemas como fatiga, depresión o alteraciones del sueño, aseguran que desde el comienzo de la práctica de yoga se ven notablemente reducidos, llegando a desaparecer totalmente si se mantiene de forma constante.

martes, 16 de agosto de 2011

RESPIRACION Y EJERCICIO DE PILATES


En la respiración de Pilates se inspira por la nariz y se exhala por la boca. Durante la inhalación las costillas se abren hacia fuera y hacia arriba al mismo tiempo que la columna vertebral se alarga hacia arriba logrando con ello llenar los pulmones de oxígeno al máximo. Al inhalar es muy importante no relajar los músculos abdominales para así evitar perder la alineación postural y utilizar los músculos no adecuados durante la ejecución de los ejercicios.

La exhalación, por su parte, facilita la contracción de los músculos abdominales ya que anatómicamente durante ella se produce un encogimiento a nivel de la caja torácica "hacia dentro y hacia abajo". Al exhalar el diafragma se eleva generando así un empuje de los músculos abdominales hacia dentro, lo cual crea un centro de energía o "Mansión del Poder" fuerte, que es fundamental para el proceso de estabilización del núcleo.

La respiración debe ser en todo momento lenta, contínua y, durante ella, debe procurarse realizar inhalaciones y exhalaciones de la misma duración para así permitir un óptimo intercambio gaseoso oxígeno-dióxido de carbono en el cuerpo.


A continuación te presento un sencillo ejercicio para comenzar a familiarizarte con la respiración de Pilates:
Para realizar el ejercicio, te recomiendo que te sientes cómoda y relajadamente en una silla manteniendo tus pies apoyados en el suelo y separados a igual distancia que tus caderas aproximádamente.
Es muy importante que mantengas tu espalda recta, con la columna vertebral bien alargada desde la zona lumbar hasta la coronilla y tus hombros relajados, caídos hacia atrás y hacia abajo.
Además, para alinear correctamente el cuello con respecto a tu columna vertebral, será necesario que aproximes ligeramente tu mentón hacia tu tórax imaginando que sostienes una pelota de tenis entre tu barbilla y cuello. De este modo alinearás adecuadamente tus vértebras cervicales y sentirás como tu cuello se alarga por detrás hacia el techo.
Una vez te encuentres cómodo en esta posición, sitúa tus manos encima de tus costillas de tal modo que las puntas de tus dedos se toquen entre ellas. Cierra tus ojos y comienza tomando consciencia de la respiración en tu zona costal, poniendo toda tu atención en esta zona e intentando no mover tu pecho ni abdomen.

1. Inspiración:
Inhala por tu nariz manteniendo contraído el abdomen. Observa como el aire cargado de oxígeno entra en la caja torácica y, con ello, cómo tus manos se separan por la acción de la apertura de tus costillas hacia fuera.

2. Exhalación:
Expulsa el aire por la boca activando bien tus músculos abdominales como si trataras de "pegar" tu ombligo a la columna vertebral. Para ello imagina que tus músculos perineales (suelo pélvico), abdominales y ombligo están unidos por una cremallera. Siente cómo cierras hacia arriba esta cremallera al exhalar.

Realiza una serie de 10-20 respiraciones manteniéndote relajado, ya verás cómo pronto comenzarás a notar sus efectos…

viernes, 5 de agosto de 2011

La voz del cuerpo… ¡escuchémosla!


Después de un intenso día de trabajo llegamos con el cuerpo fatigado y, la mayoría de las veces, con molestias en la espalda, el cuello y los hombros. Sentimos que nuestro cuerpo pesa y nos es imposible enderezarnos. Ese es el momento en el que mediante ejercicio debemos lograr una espalda fuerte, sana y flexible.

Por la Prof. Mirta Amerise*

La postura del cuerpo refleja el estado de ánimo y parte de nuestra personalidad. Los hombros caídos y la espalda encorvada muestran el cansancio y la pesadez de la vida que llevamos. Por esto, debemos corregir nuestra postura, trabajar la musculatura y oxigenar el cuerpo para sentirnos mejor. Hay que mirar al frente, expandir el pecho y abrir el corazón.

 Debemos flexibilizar nuestra columna, haciendo que cada movimiento sea un placer para el cuerpo y alivie las tensiones diarias. La espalda debe estar siempre larga en cada uno de los movimientos de la vida diaria.
Debemos tomarnos el tiempo para ejercitar el cuerpo, dormir lo necesario y llenarlo de vitaminas y energía a través de una buena alimentación, sin olvidar darnos unos minutos de relajación al día, donde el cuerpo se flexibilice y se estire.

Joseph Pilates al crear su sistema de ejercicio de acondicionamiento físico se inspiró mucho en los animales, especialmente en los felinos. Para él, los gatos adquieren un ritmo de movimiento ideal ya que están constantemente estirándose y relajándose, torciéndose, contorsionándose y jugando. Duermen totalmente relajados y se levantan de una siesta con lentitud y gradualmente, abriendo los ojos con calma, logrando ondular los músculos de la espalda a medida que los extienden y relajan.



Tenemos que poner especial énfasis en esta constante necesidad de estirarnos y relajarnos. Debemos tomar un momento para movernos, expandirnos y soltar las articulaciones para así oxigenar nuestro cuerpo y hacer circular sangre luego de horas de sueño.
Pilates nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida y dignifica la calidad del ser humano.